Obra jocosa
Una noche de “Figureo” en Masaya
Por Letzira Sevilla Bolaños | Variedades
Complicidad, camaradería y relación directa devenida del conocimiento del tema expuesto marcó la tónica la noche de este sábado en el Cafetín Literario Kolschitzky, un espacio en el que la literatura y el arte han encontrado albergue, gracias al entusiasmo de su propietaria María Isabel Tiffer Alduvín.
En ese pequeño espacio artístico ubicado en Masaya, el escritor León Núñez habló acerca del figureo en Nicaragua y lo expuso como un fenómeno muy nica que consiste en aparentar tener lo que no se tiene, ser lo que no se es y saber lo que se ignora.
Ante los comentarios de los asistentes acerca de que sus obras los han hecho reír, Núñez dijo: “No soy humorista pero dan risa las situaciones que se describen en cada texto. No soy el creador de la risa sino el compilador de las situaciones que la provocan y me da mucho gusto saber que les causa gracia porque la risa previene el infarto, facilita la digestión y hasta el momento no se ha sabido de alguien que sufra un paro cardiaco si está feliz”.
Acerca de comportamientos particulares que marcan al nicaragüense, Núñez empezó por señalar la tendencia a hacerse descender, es decir que es común que se haga alarde o se invente que se es descendiente de alguna familia de apellido ilustre o reconocido. Por otro lado, también dijo que el nica de clase media hacia arriba no saluda a todas las personas por igual. “Cuando se dan saludos con manifestaciones efusivas estas van en proporción al poder que tenga el receptor del saludo, porque el primer valor de nuestra escala es el poder. Nos arrodillamos ante él”, señaló al tiempo que dio ejemplos acerca de ese trato diferencial.
El prestigioso abogado corporativo reconoció que la observación ha sido su mejor aliada para escribir sus obras y señaló que cuando participa en algunas actividades sociales se dedica a observar a una persona en particular para poder captar la esencia de su comportamiento y luego describirlo.
“Todos los humoristas del mundo usan el fenómeno de la observación, pero para el éxito hay que tener un blanco determinado, no se puede perder ningún detalle”, enfatizó.
El escritor se reconoce como un lector voraz y nombró algunas obras y autores que han influido en su producción literaria, iniciando por los griegos, pasando por las revistas humorísticas sancionadas por el régimen de Franco en España, la literatura costumbrista, entre otras, sin embargo, reconoció que en Nicaragua es pírrico el cultivo de la literatura de humor.
Cuando el escritor concluyó su exposición, el público aprovechó el espacio abierto para preguntas y resultó particularmente llamativo que varios de los asistentes coincidieran en que es acertada la decisión de publicar en El Nuevo Diario los ensayos que componen el libro El síndrome del figureo, máxime cuando es una obra agotada.
Finalmente, los asistentes participaron en la dinámica seleccionada para elegir a los ganadores de los diez libros que El Nuevo Diario llevó para obsequiar.
En ese pequeño espacio artístico ubicado en Masaya, el escritor León Núñez habló acerca del figureo en Nicaragua y lo expuso como un fenómeno muy nica que consiste en aparentar tener lo que no se tiene, ser lo que no se es y saber lo que se ignora.
Ante los comentarios de los asistentes acerca de que sus obras los han hecho reír, Núñez dijo: “No soy humorista pero dan risa las situaciones que se describen en cada texto. No soy el creador de la risa sino el compilador de las situaciones que la provocan y me da mucho gusto saber que les causa gracia porque la risa previene el infarto, facilita la digestión y hasta el momento no se ha sabido de alguien que sufra un paro cardiaco si está feliz”.
Acerca de comportamientos particulares que marcan al nicaragüense, Núñez empezó por señalar la tendencia a hacerse descender, es decir que es común que se haga alarde o se invente que se es descendiente de alguna familia de apellido ilustre o reconocido. Por otro lado, también dijo que el nica de clase media hacia arriba no saluda a todas las personas por igual. “Cuando se dan saludos con manifestaciones efusivas estas van en proporción al poder que tenga el receptor del saludo, porque el primer valor de nuestra escala es el poder. Nos arrodillamos ante él”, señaló al tiempo que dio ejemplos acerca de ese trato diferencial.
El prestigioso abogado corporativo reconoció que la observación ha sido su mejor aliada para escribir sus obras y señaló que cuando participa en algunas actividades sociales se dedica a observar a una persona en particular para poder captar la esencia de su comportamiento y luego describirlo.
“Todos los humoristas del mundo usan el fenómeno de la observación, pero para el éxito hay que tener un blanco determinado, no se puede perder ningún detalle”, enfatizó.
El escritor se reconoce como un lector voraz y nombró algunas obras y autores que han influido en su producción literaria, iniciando por los griegos, pasando por las revistas humorísticas sancionadas por el régimen de Franco en España, la literatura costumbrista, entre otras, sin embargo, reconoció que en Nicaragua es pírrico el cultivo de la literatura de humor.
Cuando el escritor concluyó su exposición, el público aprovechó el espacio abierto para preguntas y resultó particularmente llamativo que varios de los asistentes coincidieran en que es acertada la decisión de publicar en El Nuevo Diario los ensayos que componen el libro El síndrome del figureo, máxime cuando es una obra agotada.
Finalmente, los asistentes participaron en la dinámica seleccionada para elegir a los ganadores de los diez libros que El Nuevo Diario llevó para obsequiar.
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